"Víctimas de su propio invento"


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Posted by Arcadio Ventura on February 19, 19102 at 05:50:55:


Febrero 19 de 2002
Víctimas de su propio invento
Para el ex consejero de paz Carlos Eduardo Jaramillo las inmensas equivocaciones del Gobierno y de la guerrilla en el proceso de negociación, acabaron siendo determinantes en la carrera por la Presidencia de la República.
La foto de Pastrana con Marulanda, que le dio al primero el empujón necesario para llegar a la Presidencia, hizo que el tema de la paz, secundario en las anteriores campañas presidenciales, pasara ahora a ser determinante en el futuro inmediato del país; que obnubilara la nación, y se convirtiera en termómetro para medir candidatos presidenciales. Pero, ¿qué es lo que hace que un tema de segunda se convierta en el fiel de la balanza de la historia nacional durante el primer decenio de siglo XXI? La paradoja de esto es que su respuesta la hallamos en dos inmensas equivocaciones: la una, del Gobierno; la otra, de la insurgencia. La del Gobierno porque le apostó todo a la paz, porque pensó que la paz era fácil, que para ello no se requería estrategia, experiencia o conocimiento. Que lo importante era empezar, que el resto era accesorio y llegaría por añadidura. Armó la mesa, hizo las concesiones que la contraparte le exigía y a cambio de brújula decidió echarle mano a la sabiduría popular y convertir en regla de oro dos refranes: “las cargas se arreglan en el camino” y “cada día trae su afán”.

Nada de esto funcionó porque las negociaciones de paz no son procesos mecánicos ni asuntos de la suerte o la buena estrella, son fenómenos dialécticos donde ni la experiencia ni el conocimiento se improvisan. Pero el equívoco fundamental no sólo fue pensar que así de fácil como fue la foto de Tirofijo portando el reloj de la campaña pastranista, sería su retrato firmando la paz; sino pensar que aunque el proyecto de paz no estaba funcionando, se podía impunemente mantener esta entelequia, y que el conflicto armado se podía congelar al unísono de las suspensiones en la mesa de diálogo. La verdad es que un proceso de paz cuando no avanza, retrocede, pero jamás permanece estático. Y en esto los datos son la mejor constatación de lo dicho: mientras durante tres años y medio la mesa de negociación se volvió un caldo espeso donde nada avanzaba, la confrontación alcanzó dimensiones insospechadas donde la zona de distensión ha jugado papel determinante. Las Farc pasaron de 9.000 hombres a 17.000, de un crecimiento anual promedio del 7% al 37%, intensificaron su accionar militar en un 96%, los atentados a la infraestructura petrolera en el 1.096% y los contactos armados, que es la expresión mas clara de la confrontación, se incrementaron en un 92%, junto con la piratería terrestre que lo hizo en el 350%. Los paramilitares pasaron de 4.500 a 13.000 hombres y están creciendo anualmente a una tasa de 36%.

“ El tema de la paz, secundario en las anteriores campañas, pasó ahora a ser determinante en el futuro inmediato del país. “

La gran equivocación de la insurgencia fue la de sentarse a la mesa con el único interés de utilizar todas las ventajas que ella le otorgaba a los propósitos de intensificar la guerra y llegar al poder por el camino de las armas. Se sentaron a la mesa para hacer exigencias sin contraprestaciones. Se olvidaron de las lecciones de marxismo y en particular las concernientes a la dialéctica de la historia. Pensaron que Colombia y el mundo seguirían iguales, que las condiciones del diálogo serían las mismas de los años 1984 y 1991, y que el país de hoy era el de la década del 60. Jamás calcularon que la Nación se hastiaría de ellos y terminaría repudiándolos, perdiéndoles el respeto y prefiriendo una confrontación abierta a las negociaciones sin sentido.

No pudieron imaginar un mundo sin la Guerra Fría y continuaron apostándole al resurgimiento de la Unión Soviética, y jamás, pero jamás imaginaron que el fantasma del 11 de septiembre del 2001 les aterrizara encima.

Estas dos grandes equivocaciones son las razones fundamentales que hoy tienen al país cerrando filas contra los violentos, sin querer entender las explicaciones sutiles y aceptar la escala de los grises, que lo tienen dispuesto a pagar los costos de una violencia creciente pero con esperanzas de paz, a continuar con fuego fatuo de unas conversaciones de paz con incremento infinito de violencia. La foto de esta situación es la última versión de la gran encuesta de opinión sobre la intención de voto que le otorga a Álvaro Uribe el 53% y a Serpa el 24%.

“ La verdad es que un proceso de paz cuando no avanza, retrocede, pero jamás permanece estático. “

El resultado obvio de estas dos equivocaciones es que aquí perdimos todos. El país, puesto que es el que pone los muertos y arrastra el atraso y la miseria. El Gobierno, porque perdió su mejor apuesta y en lugar de acercarnos a la paz nos empujó al precipicio de la guerra. Porque sus alternativas se reducen o a mantener las negociaciones al baño de María, con la intención de endosárselas al nuevo presidente, o tratar de mostrar la decisión del pasado 20 de enero, con el inmenso riesgo de tener que romper o tener que volver a agachar la cabeza e interpretar por la positiva las malas intenciones de la guerrilla. La insurgencia, porque el piso de la nación y del mundo se le ha movido, perdieron sus audiencias, sus banderas sociales creíbles, y se han comenzado a sumergir en el mundo del terror. El 11 de septiembre los puso en la mira de la comunidad internacional y les ahuyentó sus aliados, la corte penal internacional pronto empezará a respirarles en la nuca y el país no parece dispuesto a soportarlos en la guerra una década mas, y menos aun de aceptarles su agenda infinita de negociación.

Al Gobierno y a las Farc se les ha agotado el tiempo y nada podrá impedir que al proceso de paz se le hagan profundas modificaciones o tenga que poner su contador en ceros.

Cualquiera que sea la solución que se adopte, el peor camino que le queda a la guerrilla es el de intensificar el conflicto. Si antes esto era la opción evidente para imponer condiciones y lograr concesiones, hoy en día sería su hara-kiri ya que esto solo es factible si se adentran en los vericuetos del terrorismo: secuestrando, usando armas no convencionales, destruyendo la infraestructura, utilizando bombas de manera indiscriminada contra objetivos civiles, y asesinando selectivamente. Ése es el panorama de la guerra total, ése es el embudo que los está conduciendo a militar en las filas de los enemigos de la humanidad y a tener que afrontar sus consecuencias. Consecuencias que también, más temprano que tarde, los habrán de llevar a un proceso de negociación con perspectivas reales de finalizar el conflicto.
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