Otra vez la guerrilla de las FARC mata niños indefensos y dicen que es culpa de los padres que no los cuidan


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Posted by Arcadio Ventura on June 04, 19102 at 07:04:12:


Colombia, Lunes 3 de Junio de 2002 Inicio Terra Aviso legal y privacidad

Diego González, Chigorodó La explosión destruyó cuatro casas y el minimercado Orovel, del barrio Los Balsos número I, de Chigorodó. Otras cuatro viviendas resultaron averiadas. La emergencia fue atendida por el Cuerpo Voluntario de Bomberos, obreros de la Alcaldía, el Ejército y la Policía.
Explosión mató a siete niños en Chigorodó
Nueve personas murieron. Siete de ellas eran menores de 10 años.
Otras 24 resultaron heridas. La mayoría con fracturas.
Comandante de la Policía Urabá dice que fue un ataque de la guerrilla.
Por Paula Cristina Pérez
Chigorodó
No sólo las tejas y vidrios son los destrozados. En la casa de la familia Moreno Álvarez, los corazones de todos están rotos. Antes del medio día de ayer, una explosión acabó con la vida de Valentina, la pequeña de seis años que tocaba los platillos en la banda de la escuela y no veía la hora de callejear. Adrián Fabricio, su hermano mayor, muestra una foto de cuando la chiquilla se disfrazó de reina, la misma a quien Edwin y Carlos, amigos de la cuadra, fueron a buscar apenas sintieron que el suelo retumbó.
El teléfono no para de sonar y cada vez las explicaciones son más escuetas. "Mi mamá está en la clínica... ¿Cómo vamos? Más o menos... Valen estaba al lado de la reja blanca con otras amiguitas y ahí cayeron... Listo, hablamos después, gracias".
Adrián cuelga y empieza a contar cómo fue todo. "Hacía cinco minutos había llegado mi mamá y le dio plata. Ella salió con las otras niñas a comprar un bon ice y se quedaron en la casa del lado. De pronto, sonó la explosión".
De vez en cuando para el relato. El llanto de las vecinas, donde también viven la tragedia en primera persona, lo desconcentra. "Ahí vivían Angie Paola y Luisa Fernanda. También se murieron".
El color de los ojos de Valen no lo recuerda muy bien, pero sí sabe que era feliz, algo perezosa y muy contemplada. De eso son testigos una decena de muchachos que se reúnen en la puerta de la casa de los Moreno Álvarez. Es un momento de dolor que ellos comparten y sienten, y que no entienden por qué deben vivir.
"Estaba en mi casa y sentí que la tierra tembló y los techos se levantaron. Vine a ver qué había pasado y, cuando llegué, había dos niños muertos en la calle", dice Edwin, quien al igual que Carlos, no esperó a que ningún organismo de socorro llegará sino que se puso a la tarea de quitar escombros y pedir porque no hubiera más muertos. "Eran niños, todos de la cuadra, todos conocidos", cuenta Carlos, quien, como si fuera un libreto que se aprende a fuerza de vivir tragedias asegura que "somos los civiles los que quedamos en el medio".
Trasteo obligado
"¿Qué más te cuento?", pregunta Adrián. "Eso es todo lo que sé. Ahora la vamos a velar en la casa de un familiar y nosotros nos vamos de ésta porque mirá cómo quedó". No termina de decir la frase cuando llega un camión de mudanzas. Algo extraño en un momento como estos.
- "¿Por qué están montando todo lo de Valentina en ese camión?", pregunta Dora Lina, una niña de 10 años que recuerda muy bien a Betty, Wilder, Vicky, Valentina, Angie Paola y Luisa Fernanda. Eran sus amigos.
- "Para cuando tengan otra niña", contesta Lina Marcela, su hermana mayor, quien desde que nació Valen estuvo a su lado, por algo es la mayor de las amigas, tiene 12 años. "En ese costal verde van todos los juguetes, y ahí la mochila y una muñecas".
Las niñas saben lo que pasó, y también lo escucharon. Por fortuna, a esa hora estaban en la iglesia y no comprando helados, pero eso no las libra del dolor.
- "Tantos recuerdos"... La frase se le escapa a Romelia, quien cuenta que apenas llegaron vieron el gentío, el desorden y la noticia de que siete niños del barrio habían muerto. Uno de ellos, el hijo de un agente de la Policía que falleció al igual que su esposa.
Antes de tiempo
Las calles aledañas a la que hasta ayer, al medio día, fue la cuadra de los juegos, estaban llenas de preguntas y bañadas por el llanto. También se vieron escenas de dolor en las afueras del hospital de Chigorodó, donde atendieron a 13 de los 24 heridos que produjo la detonación de una bomba de 40 kilos de dinamita, según informó el coronel Jorge Pinto Blanco, comandante de la Policía Urabá.
"Donde explotó la bomba había un edificio de apartamentos habitados por policías. Al parecer, fue un paquete que le enviaron al agente Juan Camilo Puerta, quien falleció con su esposa y su hija de dos años", aseguró el coronel Pinto y explicó que el hecho puede ser una manera de amedrentar a la ciudadanía para que no le arriende viviendas a miembros de la institución. "Con este hecho se demuestra que la guerrilla quiere infiltrar sus milicias en el eje bananero. Pedimos la colaboración a la ciudadanía para evitar que la violencia vuelva a reinar en la zona".
Nadie sabe con seguridad los detalles de lo que pasó. Las versiones iniciales hablaban de una explosión accidental de unas pipetas de gas que había en la tienda de abarrotes y víveres Orovel, localizada en el edificio donde se produjo el atentado. Éstas fueron descartadas puesto que los dos únicos cilindros que había en el lugar estaban intactos.
"Siempre hay rumores pero nos imaginamos que pasaría algo durante las elecciones. Y mire cuándo sucedió y en dónde", dice Carlos, un joven que busca aprobación en los demás muchachos que ayudan en el trasteo de la familia Moreno Álvarez.
Saber lo que ocurrió con exactitud no los desvela. El dolor de haber visto niños destrozados en la calle es lo que los desgarra. Pequeños a los que vieron nacer y que, por esas cosas de la guerra, les tocó enterrar antes de tiempo, apenas comenzando a vivir.
El dolor que despiertan estas historias, como la de la familia Arias Gil, que perdió a tres de sus hijos -Betty (10 años), Vicky (6) y Wilder (2)-, dejan sin aliento a quienes los conocen y arrancan lágrimas e indignación a los habitantes de esta población.
Los tres pequeños, junto con Valentina Moreno, Angie Paola Díaz, Valentina Puerta y Luisa Fernanda Pérez, harán parte de una corte de ángeles que escapó de Urabá. En su recorrido al más allá, los escoltarán el agente Puerta y su esposa, Claudia Arias. Una familia que se constituyó al azar por esas cuestiones inexplicables de la violencia.
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Comentario: francamente la irreponsabilidad de los padres es muy grande, no tomar las medidas necesarias para que en cada atentado de las FARC, no mueran los niños.
Razón tiene el guerrillero que denunció en "El País"
dicha irresponsabilidad.




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